Está oscuro.
La función está por comenzar. La impaciencia reina en el lugar.
Se escucha la respiración agitada de algunos y el murmullo de otros.
El silencio de las personas llega cuando la música empieza.
Es un “din din din” lento a la velocidad de las agujas del reloj, justo como en las películas que parecen congelar el tiempo.
Una luz en medio del escenario da la pauta de lo que el ojo del ser humano es capaz de ver, mientras la otra parte del cerebro le invita a la curiosidad apoderarse de todos los sentidos y se despierta, y empezamos a ver lo que no logramos captar a través de las sombras.
Con ellas se dibujan los miedos y aquello que no queremos ver.
Si te fijas bien…yo soy tu sombra.
Soy parte de tu miedo….de que puedas sentir mi amor por ti
soy tu sombra porque soy eso que no quieres ver, toda la intensidad de lo que siento por usted.
No hay duda que usted puede hacerme sentir de varios colores y sabores
porque sabe que no hay cosa que yo no haría con tal de que usted sepa y sienta el amor que tengo hacia usted.
En estas palabras que escribo espero que sienta en ellas un poco de viento, de cambio en el aire,
que se fije que yo quiero hacerla feliz y que no hay nada que yo no haría
incluso ir al final de la tierra por tan solo hacerle sentir mi amor.
Al ritmo de la danza del ayer y el presente bailaré al compás del destino para que me deje disfrutar de este baile de la vida junto a ti…el tiempo que tenga que durar.
6
de
Publicado por
Margarita López
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