Cae la lluvia lenta, silenciosa...
Tus ojos brillan en mis ojos,
tu lumbre, tu luz, tu calor,
tu cercanía se instala
en mi alma humedeciendo mi pecho,
resbalando anhelante por mis hombros,
modulando mi piel con tus suspiros,
con tus deseos…
Ven rasga mi corazón y ponle tu nombre,
No digas nada, quémame con tu voz,
con tu mirada.
Ven enlaza mi cuerpo a tu cuerpo,
En un cálido abrazo
quiero oír tu piel, quiero sentir
ese vuelo quemante de tus labios.
Acércate a esta sed que me extravía.
Tu piel me llama…
Toma mi mano...
Sólo tu cuerpo y mi cuerpo,
sólo ellos...
Fundidos en un solo corazón
Acércate, amor, a la orilla de este lago,
amanece sobre mi lecho, fíltrate
en mis deseos, en mis dichas
y dime, dime que me quieres...
Publicado por
Margarita López
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