Universo de letras

Mi vida gira en torno a una hoja en blanco.
Mi mejor amigo: Dios y yo (y mis circunstancias)
La esencia de los días se reduce a ese momento, a ese instante mágico donde revivo la historia.
Aunque a veces no me sale nada bien ni de lo que escribo, pienso, diga o haga.
A veces también siento que voy contratiempo, que no voy al paso del baile que la vida danza continuamente; que ya no escucho esa melodía de la naturaleza.
Espero con ansia el momento en que las palabras vienen a mí y se apoderan de todo lo que soy y buscan solamente dibujarte con palabras finas que asemejen el brillo de tus ojos o la delicadeza de tus manos de mujer. Una mujer valiente, soñadora, trabajadora, dedicada, inteligente, hermosa como una rosa. (Algo trillado me imagino, ya os lo habrán dicho seguramente).
A veces quisiera ser como las palabras para poder estar contigo en todo momento. Para poder estar cerca de tu boca, de tu corazón, de tu mente.
Aunque a veces las palabras no son mi fuerte, mi fuerte es quererte a ti bella persona en este mundo.
Si bien os he dicho adiós, no te aparto de mi lado; porque cuando dejo que una persona entre a mi corazón es para siempre. No dejo que las personas mas cercanas a mi se vayan.
Sin embargo, conozco la desgarradora hora del adiós.
Sé como el alma se desnuda ante los ojos de la otra persona cuando se dicen “jamás olvidaré lo que vivimos”.
Pero aun en el adiós que dijimos guardo la esperanza de tener noches para mirarte en secreto, aunque entre lo que siente mi corazón y mi mente tengan que levantarse paredes, muros, ruinas, torres, puentes, puertos... quedarán los recuerdos grabados en mi corazón como mármol y que en tu ausencia por las tardes se levantarán las olas del mar con más intensidad y harán eco del instante mágico que hubo entre el sol y la luna.